80% de las mujeres y 20% de los hombres padecen fibromialgia

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La fibromialgia puede presentar síntomas como dolor, fatiga, falta de sueño, cambios en el estado de ánimo y dolores de cabeza, entre otros, y la edad promedio en la que se empiezan a manifestar es entre los 30 y 50 años.

El dolor músculo esquelético generalizado constituye el síntoma más destacado de la fibromialgia. Por lo general, se presenta en varios lugares alrededor del cuerpo, aunque podría iniciar en una región, tal como en el cuello y en los hombros y después aparecer en otras áreas al cabo de un tiempo.

La mayoría de las personas con esta enfermedad también pueden presentar fatiga, menor resistencia a actividades que impliquen esfuerzo y la clase de cansancio que se siente cuando se tiene gripe o cuando no se puede dormir. A veces, el cansancio es un problema mucho más grave que el mismo dolor.

También, pudieran existir cambios de estado de ánimo como tristeza o depresión al igual que ansiedad. Algunos investigadores piensan que hay una conexión entre ciertas clases de depresión y la ansiedad crónica. Sin embargo, cualquier persona con una enfermedad crónica, no únicamente fibromialgia, puede sentirse deprimida en ocasiones, al luchar contra el dolor y el cansancio.

Los dolores de cabeza, especialmente aquellos causados por la tensión y las migrañas, son comunes en quienes tienen fibromialgia. De igual forma, la fibromialgia se asocia con dolor en los músculos de la mandíbula y de la cara (padecimiento de la articulación denominado temporomaxilar o síndrome TMJ, por sus siglas en inglés) o dolor miofascial (músculo esquelético) en una sola parte del cuerpo.

Nadie sabe con seguridad la causa de la fibromialgia. Los investigadores especulan que hay muchos factores diversos que, por sí solos o en combinación con otros, pueden provocarla. Por ejemplo, una enfermedad infecciosa, un trauma físico o emocional, o cambios hormonales, pueden desencadenar el desarrollo de dolor generalizado, cansancio y trastornos del sueño que caracterizan a esta afección.

Las investigaciones sugieren que las personas con fibromialgia tienen niveles anormales de químicos diversos en la sangre o en el fluido cerebroespinal, mismos que contribuyen a la transmisión y amplificación de las señales de dolor desde y hacia el cerebro. De igual manera, también hay evidencia de que el sistema nervioso central se encuentra incapacitado para inhibir el dolor. Además de los informes clínicos de los pacientes, los estudios de imagen cerebral han confirmado que cuando los pacientes reciben cantidades pequeñas de presión o de calor, experimentan mucho más dolor, como si el “control del volumen” estuviera puesto muy alto en el procesamiento del dolor. Se ignora si estas anormalidades son la causa o el resultado de la fibromialgia.

La eficacia del tratamiento en pacientes con fibromialgia

Su médico puede personalizar su plan de tratamiento para que se adapte a sus necesidades específicas. Algunas personas con fibromialgia manifiestan síntomas leves y precisan muy poco tratamiento una vez que comprenden qué es la fibromialgia y cómo evitar los factores que la empeoran. Efectuar pequeños cambios en el estilo de vida, como reducir el estrés o mejorar el sueño, pueden ayudar en gran medida. Otras personas, sin embargo, requieren un programa de cuidados completo que incluye medicamentos, ejercicio e instrucción de técnicas para sobrellevar el dolor.