Cuidado con esa tos persistente

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Monitoreando y descartando el Síndrome de post-COVID respiratorio

El término «long COVID» o síndrome de post-COVID se ha popularizado en los medios de comunicación a nivel mundial. Este síndrome se manifiesta de diferentes formas en los afectados, independientemente de si tuvieron COVID-19 de manera asintomática, leve o grave. Sobre este tema habló el Dr. Bruno Hammerschlag, neumólogo del Hospital Paitilla, durante la pasada Jornada Científica.

«Después de la pandemia de COVID-19, los médicos alrededor del mundo comenzaron a identificar condiciones que aparecían repetidamente en pacientes que habían superado la enfermedad», explicó el Dr. Hammerschlag. «Por ejemplo, un pueblo en Italia reportó un aumento significativo y fuera de lo normal en fallecimientos por trombosis (coágulos sanguíneos). En ese momento, se desconocía el origen de este fenómeno. Hoy, seguimos investigando en diferentes direcciones para completar el rompecabezas, y cada vez estamos más cerca de entenderlo.»

El COVID puede vivir muchos años en nuestro cuerpo

Se ha comprobado que el virus, o su ARN, puede permanecer activo en los tejidos durante años y causar daños al reactivarse o al activar otros virus latentes en el cuerpo del paciente. Los lugares donde más se ha detectado la presencia del virus o su ARN son los pulmones, intestinos, cerebro, arterias coronarias y carótidas. La presencia del virus en las arterias coronarias y carótidas sugiere que el paciente podría tener un mayor riesgo de sufrir un infarto cardíaco o un accidente cerebrovascular incluso años después.

Actualmente, sabemos que esta afectación también compromete al sistema inmunológico. Puede provocar una inflamación generalizada, disfunción multiorgánica y trombo inflamación, que puede o no resultar en trombosis. Esta condición puede afectar todo el cuerpo y manifestarse en distintos momentos de la vida, sin importar la edad, raza, sexo o estado de salud del individuo.

«Se estima que el 5% de todas las personas que tuvieron COVID-19 (unos 800 millones de casos en total) han desarrollado el síndrome, y se proyecta que muchas más lo harán, incluso si fueron asintomáticas.»

Además, es probable que se reactiven otros virus presentes en el cuerpo del paciente, de manera similar al Parkinson inducido en personas que han padecido mononucleosis. En el caso del COVID-19, se ha observado la reactivación de virus como el herpes zóster, el varicela-zóster o el citomegalovirus.

Síntomas del Síndrome post-COVID

Los síntomas del síndrome post-COVID pueden ser variados y afectar diferentes sistemas del cuerpo:

Cardíacos:  Ritmo anormal en el corazón, inflamación, ataque al corazón
Neurológicos: “Brain fog” (niebla mental o confusión), dolor de cabeza, disautonomía (mal funcionamiento del sistema nervioso autónomo), derrame cerebral
Metabólicos:  Dislipidemia (concentración elevada de colesterol o triglicéridos), diabetes
Desregulación del sistema inmunológico – brote de enfermedades autoinmunes
Inflamación
Disbiosis del microbioma intestinal
Trastornos de coagulación:  involucra la inflamación endotelial en venas y arterias y formación de coágulos en cualquier vaso del cuerpo.  Además, previene que el paciente se recupere por completo de la enfermedad, llevándolo a un long COVID.
 

El aumento del Dímero D, un marcador generado a partir de la degradación de la fibrina (una proteína que se funde con las plaquetas para formar coágulos durante la enfermedad), puede predecir disfunción cognitiva o «niebla mental». Sin embargo, incluso cuando el Dímero D disminuye, existen otros factores en la sangre que pueden mantener al paciente en riesgo de desarrollar coágulos y disfunciones cognitivas.

Como mencionamos antes, se estima que el 5% de las personas que tuvieron COVID-19 desarrollarán «longCOVID». De estos, aproximadamente un 5% sufrirá de enfermedad pulmonar intersticial, una afección en la que los pulmones se inflaman, se vuelven rígidos y pierden capacidad de expansión, además de la fibrosis pulmonar. Esta última suele no presentar síntomas evidentes al principio, y cuando el paciente experimenta dificultad para respirar, puede ser demasiado tarde para un tratamiento eficaz.

“La tos persistente es un síntoma claro del longCOVID. Puede tener múltiples causas que no deben ignorarse y debe ser evaluada por un médico cuanto antes. Esta tos no desaparece con jarabes y puede desencadenar alergias o asma que el paciente ya no sufría, además de ser una señal de las enfermedades pulmonares mencionadas anteriormente», señala el especialista.

Detectar estos síntomas de forma temprana puede marcar la diferencia en la vida de las personas, ayudando a prevenir la pérdida de años de salud.