El talento humano es un factor determinante al momento de innovar, logrando la creación o la comercialización de nuevos productos, procesos y/o servicios. Así, las personas generan innovación tanto para las empresas como para las sociedades.
Hoy más que nunca la innovación acrecienta la competitividad y la sostenibilidad de las compañías en un ambiente económico dinámico y que requiere diariamente más eficacia, creatividad y mejores procesos para satisfacer las nuevas necesidades del mercado.
El proceso de la innovación en las organizaciones, es la constante que marca a aquellas que son consideradas como las mejores y los protagonistas son sus empleados.
Según explica Teresa Morales, Directora General de Softland Capital Humano, “las empresas pueden mejorar la productividad y la competitividad gracias a su principal recurso: las personas”.
Para ser una organización innovadora es necesario estimular un ambiente adecuado que promueva la co-creación y creatividad, donde no exista resistencia al cambio y donde haya cabida a una cultura con cierto riesgo. No puede haber innovación sin evolución.
Las personas son la materia prima de la innovación y la tecnología aporta la velocidad necesaria. Por ello, agrega Morales, es esencial invertir en soluciones integrales que le permitan gestionar de la mejor manera su talento humano.
“Debe ser un software especializado en el cual se puedan establecer indicadores de logros y medir la eficiencia de su planilla. Estos procesos le permitirán tomar decisiones como, por ejemplo, promocionar a un colaborador, detectar oportunidades de mejora y brindar capacitaciones a su equipo de trabajo, conectar negocio y persona con objetivo y metas comunes”, afirma la experta en Recursos Humanos.
La tecnología les ofrece a las compañías herramientas que simplifican tareas, ayudan a reducir los errores y a evitar los reprocesos que involucran un costo oculto en las organizaciones.
Afrontar un proceso de digitalización les permitirá a las empresas identificar colaboradores con alto desempeño y potencial basado en una evaluación objetiva. Brindar retroalimentación para aumentar la productividad de sus empleados, configurar la retroalimentación colaborador-jefatura en 180°, 360°, autoevaluación y proposición de objetivos, entre otros.
“Los empleadores deben asumir cambios y aceptar que vivimos en una era tecnológica. Al igual que un departamento financiero no se puede permitir gestionar sus balances económicos con papel y lápiz, la gestión del talento debe centralizarse en herramientas tecnológicas que permitan hacer una diferenciación con respecto a su competencia”, concluye Morales.