¿Sabía que el cáncer colorrectal se puede prevenir? A pesar de tener una alta incidencia en nuestro país y en el mundo, este tipo de cáncer se puede prevenir si se minimizan los factores de riesgo controlables, tales como el fumado, la ingesta de alcohol, obesidad y una inadecuada alimentación. Asimismo, los especialistas recomiendan hacer ejercicio de manera regular y tener un estilo de vida saludable.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer colorrectal ocupa el segundo lugar en la lista de tumores que afectan a hombres y el tercero en la de mujeres panameñas. Anualmente, se registran cerca de 301 decesos.
Además de la prevención, los factores hereditarios y los de riesgo, juegan un papel determinante en la detección temprana del cáncer colorrectal. Por ejemplo, si usted es mayor de 50 años y tiene antecedentes personales de cáncer colorrectal, pólipos localizados en el recto o en colon y además, padece de colitis ulcerativa o la enfermedad de Crohn, debe seguir un estricto control médico.
Según indicó la doctora Vanessa Campos, gerente médico de Roche Centroamérica y Caribe (CAC), “si uno de sus padres, hermanos, abuelos o tíos tienen cáncer colorrectal, o si padecen ciertas afecciones hereditarias como poliposis adenomatosa familiar, debe estar alerta y visitar al médico especialista de manera regular y realizarse los exámenes necesarios para descartar el desarrollo eventual de esta enfermedad”.
“También, deben redoblar los controles médicos aquellas personas que han sufrido cáncer de mamá, ovario o endometrio, así como, que padecen diabetes tipo 2”, señaló la doctora Campos.
¿Qué es el cáncer colorrectal?
Este cáncer se origina en el aparato digestivo humano, específicamente en el colon o recto. En la mayoría de los casos, esta enfermedad inicia con la aparición de un pólipo (masa anormal del tejido en la pared interna del colon o recto). Afortunadamente, los pólipos malignos o benignos se pueden diagnosticar a tiempo e incluso prevenir, a través de diferentes exámenes clínicos.
Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, este tipo de tumor es curable en el 90% de los casos si se detecta en fase temprana y la persona no sufre una recaída, en los cinco años posteriores al diagnóstico. Además, la probabilidad de padecer un cáncer colorrectal en la vida es de 5%.
Exámenes para la detección temprana
Las pruebas médicas que se aplican en nuestro país, para detectar a tiempo esta enfermedad, son las siguientes:
- Prueba de sangre oculta en heces o de Guayaco.
- Identifica cuando hay presencia de sangre en las heces y puede ser signo de pólipos o cáncer.
- Examen proctológico y rectosigmoidoscopía.
- Se realiza en la parte final del intestino grueso (colon sigmoide) y en el recto, con la finalidad de evaluar a través del tacto, si existen pólipos o muestras de tejido canceroso.
- Colonoscopía.
- Se examina el colon y el recto. A través de esta prueba se descubren pólipos, que pueden extraerse a tiempo y sin dolor, y permite realizar biopsias. Como control general, se recomienda cada 10 años, a partir de los 50 años.
- Colonografía por tomografía computarizada (CT, por sus siglas en inglés).
- Permite explorar el interior del colon y del recto mediante una serie de radiografías. Se usa con personas que no pueden someterse a una colonoscopía.
Preste atención a los síntomas
El cáncer colorrectal no presenta síntomas en su etapa inicial; sin embargo, en las etapas más avanzadas emite las siguientes señales:
- Sangrado rectal, heces oscuras o sangre en estas.
- Sensación de que el intestino grueso no se vacía por completo.
- Estreñimiento progresivo, diarrea persistente o heces más delgadas.
- Dolores abdominales y cólicos.
- Pérdida de peso inexplicable, vómitos o náuseas.
En el Día Internacional de la Prevención del Cáncer de Colon, se insta a la población a estar alerta hacia ese padecimiento y realizarse los exámenes que les ayudarán a detectarlo de forma temprana.
Tratamiento
Los tratamientos para este tipo de cáncer incluyen la cirugía –para remover la parte del colon o recto afectada-, quimioterapia y radioterapia. En aquellos casos en etapa avanzada, también se pueden usar las terapias dirigidas, las cuales son medicamentos de tipo biotecnológico (elaborados a partir de células vivas) que atacan las células malignas específicas y permiten preservar las saludables.