Cirugía bariátrica y obesidad: mitos y realidades

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Según los últimos censos de Salud Preventiva que maneja la Caja de Seguro Social (CSS) se ha determinado que más del 50% de la población en Panamá tiene sobrepeso u obesidad, y alrededor del 20 al 25% está dentro del rango de obesidad mórbida, cifras que no escapan a las estadísticas globales, razón por la cual la Organización Mundial de la Salud ha declarado a la obesidad como epidemia.

“Todo paciente con obesidad mórbida tiene entre 3 a 5 veces más probabilidades de desarrollar un evento cardiaco y morir; así como 10 veces más riesgo de muerte súbita. De los pacientes obesos, aproximadamente el 55% son hipertensos, 75% diabéticos, 35% presentan enfermedades coronarias y el 20% enfermedades cardiacas. La obesidad aumenta la probabilidad de cáncer de próstata, colon y de pulmón en el hombre y de ovarios y útero en las mujeres”, señala el doctor Edgardo Saavedra, especialista en Cirugía General y Bariátrica del Hospital Punta Pacífica.

Ante esta realidad, el paciente tiene a su disposición la cirugía bariátrica, una alternativa quirúrgica que mejora de forma significativa la calidad de vida de las personas con obesidad, mediante distintas técnicas que restringen la cantidad de alimentos que ingresan al tubo digestivo gracias a la reducción del tamaño del estómago, lo que hace que el paciente se sienta satisfecho más rápido y que ingiera menos cantidad de alimentos.

La cirugía bariátrica, es una cirugía segura en manos expertas, con riesgos similares a las cirugías comunes, es la técnica más permanente y con resultados contundentes a largo plazo que hoy en día permite atacar los casos de obesidad mórbida que no se logran contrarrestar solo con dietas, ni ejercicios, cirugía plástica o medicamentos”, indica el doctor Saavedra.

Uno de los protocolos para definir si un paciente aplica o no para una cirugía bariátrica es el Índice de Masa Corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso del paciente entre su talla al cuadrado. Si éste resultado da un valor superior a 35 y el paciente adicionalmente tiene alguna enfermedad asociada a la obesidad, como es el caso de la hipertensión, la diabetes o indicadores como el ácido úrico, colesterol y triglicéridos elevados, estamos ante un candidato para la cirugía. Igualmente, si la persona tiene un IMC superior a 40 -aún sin presentar otros síntomas- es considerado apto para la cirugía.

La mejor vía para determinar si la cirugía bariátrica aplica para una persona con obesidad es la realización de una entrevista clínica con el objetivo de identificar los factores de riesgo que tiene el paciente y seleccionar el procedimiento idóneo. El cirujano debe contar con amplia experiencia y los hospitales deben poseer los instrumentos y la tecnología de punta. Por su parte, el paciente debe comprometerse a realizar un cambio de hábitos y se hace vital la inclusión en la vida de los pacientes de un régimen de ejercicio, dieta balanceada y seguimiento por nutrición.

“Gracias a la cirugía bariátrica el paciente logra resultados positivos, pierde peso y recupera su salud al dejar de sufrir las comorbilidades. Siguiendo las indicaciones médicas, los resultados se mantienen en el tiempo sin complicaciones. La cirugía bariátrica es altamente efectiva, más del 90% de los pacientes que se la realizan muestran reversión en la diabetes y colesterol y cerca del 85% al 90% dejan de ser hipertensos”, indica el doctor Saavedra.

Realizarse la cirugía en Panamá tiene grandes ventajas para el paciente desde todo punto de vista. En primer lugar, por el vínculo que se establece entre el médico y el paciente para dar seguimiento pre y postoperatorio. En segundo lugar, el soporte emocional de la familia es fundamental, así como es necesario un abordaje integral de la cirugía que contemple el factor psicológico y los cambios de hábitos alimenticios que aseguren la sostenibilidad de los resultados en el tiempo.

Hoy en día están disponibles en Panamá paquetes especiales que hacen la cirugía más accesible para el paciente, pero aún queda camino por recorrer. Así lo expresa el doctor Edgardo Saavedra: “en Panamá es necesario promover el protocolo, manejarlo fuera de la esfera de la salud privada y hacerlo económicamente más accesible. El Estado debe fomentar que la cirugía se realice en los hospitales estatales, que éstos cuenten con los insumos adecuados y que las aseguradoras realicen la cobertura. Esto tiene múltiples ventajas, pues estaríamos logrando tener una población mucho más sana y disminuiríamos los costos asociados a las comorbilidades”.