En México, la diabetes ocupa el segundo lugar en las causas de muerte de la población. Según las últimas encuestas, 10.3% de las mujeres y 8.4% de los hombres la padecen, y, sin embargo, 46.4% de ellos no toma medidas para evitar o retrasar las complicaciones de este padecimiento.
Para contrarrestar el avance de esta enfermedad, autoridades de salud y diversas asociaciones han insistido en que las dos vías para controlarla y gozar de una mejor calidad de vida son el ejercicio físico y una correcta alimentación. El Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE) recomienda una dieta basada en cereales, verduras, frutas y leguminosas, con porciones reducidas de alimentos de origen animal. Por su parte, la Federación Mexicana de Diabetes aconseja evitar las grasas poco saludables, como las saturadas y las trans, presentes en productos procesados como galletas, bocadillos salados, pasteles o papas fritas, por ejemplo. En cambio, sugiere la elección de frutas en lugar de golosinas, así como carnes blancas como el pavo, el pollo sin piel o el pescado, pues tienen menos ácidos grasos y colesterol que las carnes rojas.
En cuanto a los carbohidratos, las autoridades, incluida la Organización Mundial de la Salud, insisten en la importancia de reducir el consumo de azúcares refinados y añadidos, ya que elevan drásticamente el nivel de glucosa en la sangre. No obstante, para quienes gustan de los sabores dulces, recomiendan alimentos y bebidas endulzados con edulcorantes con bajo o nulo contenido calórico, puesto que no afectan los índices glucémicos y ayudan a controlar el peso, otro de los factores de riesgo para los diabéticos. Además, son totalmente seguros para personas de todas las edades.
En cuanto a la actividad física, los expertos subrayan la necesidad de realizar ejercicio aeróbico y con pesas. Para el primer caso, aconsejan ejercicios de intensidad moderada durante 30 minutos, 5 días a la semana. Este tipo de práctica ayuda a que el cuerpo utilice mejor la insulina, fortalece el corazón, reduce la glucosa en sangre y la presión arterial, así como el colesterol. Por su parte, el entrenamiento con pesas fortalece músculos y huesos, y hace que el cuerpo sea más sensible a la insulina. Se aconseja realizar esta actividad entre 2 y 3 días a la semana.
Mediante estas recomendaciones se busca que quienes padecen diabetes tengan una mejor calidad de vida y reduzcan las posibilidades de sufrir complicaciones que, de no ser atendidas, pueden llevar a una muerte prematura. La alimentación adecuada y la práctica de ejercicio físico son, en resumen, la pieza clave para tratar esta enfermedad y mantener una buena salud en todos sentidos.