Educación de calidad, prioridad número uno de nuestro país

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El inicio del año 2021 presenta el gran reto de continuar el proceso educativo a pesar de la COVID-19. La prioridad número uno de nuestro país debe ser mejorar su sistema educativo, para poder darle un futuro de esperanza y de oportunidades a las generaciones presentes y futuras. Sabemos que, sin una buena calidad de educación, las oportunidades de conseguir o de crear un puesto de trabajo se convierten en posibilidades lejanas.

Noemí Castillo, Doctora en Psicología Clínica e Industrial, y presidenta de la Comisión de Educación de la APEDE, sostiene que los niños con sólo educación primaria acceden a un dólar diario, los jóvenes con secundaria tienen 80% de posibilidades de salir de la pobreza y los jóvenes con grados universitarios tienen todas las posibilidades de desarrollarse plenamente y alcanzar el desarrollo de sus familias, de sus comunidades y de sus sociedades.

“Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”, es el objetivo No. 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, y en el cual desde la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa queremos, durante el mes de enero, elevar la conciencia ciudadana sobre los grandes desafíos de la educación en esta nueva década.

Para que una educación sea de calidad es importante que sea equitativa, eficiente, pertinente y relevante, ya que la calidad es la base para mejorar la vida de las personas, sus familias, sus comunidades y sus sociedades, y el fundamento para el desarrollo sostenible. “El aprendizaje equitativo y de calidad es un reto pendiente que ha develado la pandemia en su cruda realidad”, enmarca la Dra. Noemí.

Los resultados de las pruebas nacionales e internacionales aplicadas a estudiantes en nuestro país indican que el 50% de los estudiantes de tercer grado de las áreas urbanas, no saben leer o no entienden lo que leen. Esta situación se agrava en las comarcas donde el 80% de los niños se encuentran en la misma situación y no mejora en el sexto grado, esto basados en los resultados de la prueba CRECER aplicada en Panamá en los años 2016, 2017 y 2018.

Datos del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo, TERCE, cuyos resultados fueron publicados en el año 2015, muestran que Panamá se encuentra por debajo de la media de los países de América Latina en lectura y matemáticas de tercero y sexto grado y en ciencias naturales de sexto grado. Las debilidades más profundas se encuentran en las matemáticas, competencia que si no se desarrolla, limita enormemente el egreso de la escuela, la elección de carreras científicas, técnicas, tecnológicas y aumentan las probabilidades de abandono temprano, explica Noemí.

En el año 2018 Panamá participó en la Prueba PISA, programa para la evaluación internacional de estudiantes promovida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la cual evalúa la competencia lectora, la competencia matemática y la competencia en las ciencias, en seis niveles y tres subniveles; el 64.3% de nuestros jóvenes estaban por debajo del nivel 2 en la competencia lectora; el 81.2% por debajo del nivel 2 en la competencia matemática y el 71.3 por debajo del nivel 2 en la competencia de las ciencias.

En torno a lo anterior la Dra. Noemí explica que la severidad de estos resultados nos indica que lejos de mejorar, las deficiencias se profundizan con el avance en los años de escolaridad, es decir, que los jóvenes no logran recuperar o superar las deficiencias adquiridas en los primeros años de escolaridad. Este bajo desempeño facilita el abandono escolar y les dificulta su egreso, su inserción en la vida del trabajo y en el ejercicio pleno de la ciudadanía; los condena a una vida de pobreza multidimensional, marginándolos del desarrollo y de oportunidades para construir un futuro sostenible.

Basados en las metas que recoge la agenda 2030 nos queda solo una década para hacer posible el logro de la meta 4.1 del objetivo 4 de los ODS: «Asegurar que todos los niños y niñas terminen la enseñanza primaria y secundaria que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados de aprendizajes pertinentes y efectivos».

«Si no mejoramos la calidad de la enseñanza en el muy corto plazo, con equidad y relevancia no podremos producir aprendizajes pertinentes y efectivos. Es hora de avanzar. Mañana puede ser muy tarde», enfatiza la Dra. Noemí.