¿Es el 5G una inversión rentable en Panamá?, luces y sombras de la nueva tecnología en el país

0
103

Han pasado más de cinco años desde que se implementaron las primeras redes 5G a nivel global. Durante este tiempo, se ha debatido mucho sobre los beneficios de esta tecnología, que ofrece baja latencia, mayor capacidad de espectro y un rendimiento significativamente mejor en los dispositivos.

Sin embargo, desde la perspectiva del cliente, tanto empresas como usuarios finales, estos beneficios no se han reflejado en un uso cotidiano verdaderamente diferenciador. Mientras que el 3G promovió el consumo masivo de datos y el 4G impulsó el auge de los smartphones y redes sociales, no resulta sencillo identificar cómo el 5G transforma la vida del ciudadano promedio en Panamá.

Impacto del 5G en el ecosistema digital

Las funcionalidades que ofrece el 4G todavía tienen margen de crecimiento, y las aplicaciones que verdaderamente requieren las características del 5G (baja latencia y alta velocidad de descarga) aún no son suficientemente relevantes para la mayoría de los usuarios en Panamá. Esto convierte su monetización en un desafío para los operadores locales.

Un análisis de GSMA demuestra que el 4G sigue siendo suficiente para tareas exigentes como el trabajo remoto, videollamadas grupales y juegos en línea. Las aplicaciones que requieren las ventajas específicas del 5G, como la realidad aumentada, el Internet inmersivo o los vehículos autónomos, aún no han llegado al uso masivo.

Retos para los operadores en Panamá

En Panamá, al igual que en muchos otros países, uno de los principales retos para los operadores es justificar el costo adicional del 5G ante un mercado donde el 4G sigue siendo adecuado para la mayoría de las necesidades. Además, los operadores deben gestionar la coexistencia de infraestructuras 4G/5G con las redes heredadas (2G/3G), lo que incrementa los costos y dificulta la eficiencia operativa.

Mantener redes duplicadas no solo es antieconómico, sino que también limita la capacidad para escalar e innovar. La solución a largo plazo para los operadores panameños pasa por plataformas unificadas que puedan soportar redes heredadas, actuales y futuras, facilitando una transición eficiente y rentable al 5G.

El qué y el cómo del 5G en Panamá

Aunque los operadores en Panamá no ven todavía un retorno claro de la inversión por la demanda de 5G, pueden encontrar oportunidades replanteando cómo optimizan sus operaciones y su eficiencia. Una de las mayores diferencias entre el 5G y sus predecesores es la profundidad de los cambios tecnológicos que introduce, como el network slicing, edge computing y la contenedorización.

La adopción de estas herramientas varía ampliamente según el tamaño y los recursos de cada operador, pero aquellos que logren implementar con éxito estas tecnologías estarán mejor posicionados para competir en el mercado panameño.

El despliegue del 5G en Panamá: retos y oportunidades

En Panamá, la implementación del 5G todavía está en etapas iniciales, pero se espera que en los próximos años comience a tomar forma. La Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP) ha mostrado interés en avanzar hacia esta tecnología, que será clave para sectores estratégicos del país como el comercio, la agricultura y la logística.

El 5G tiene el potencial de mejorar la competitividad de Panamá en el entorno digital, facilitando la adopción de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT) y el análisis de grandes volúmenes de datos. Estos avances podrían impulsar una gestión más eficiente de los recursos, mejorando la productividad y generando nuevas oportunidades de negocio en Panamá.

A pesar de los beneficios, el desafío radica en encontrar el equilibrio entre las inversiones necesarias para el despliegue del 5G y la demanda en un mercado donde el valor de esta tecnología aún no es del todo evidente para los consumidores. Sin embargo, aquellos operadores que logren capitalizar las ventajas del 5G tendrán una ventaja competitiva que podría ser crucial para el futuro del país en el panorama tecnológico global.