Garantizando la seguridad eléctrica para un entorno seguro y confiable

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En el contexto de la revolución digital en la que vivimos, los productos eléctricos desempeñan un papel fundamental tanto en nuestros hogares como en nuestros negocios. Desde electrodomésticos hasta dispositivos electrónicos, dependemos de ellos para llevar a cabo nuestras tareas diarias de manera fácil, rápida y eficiente. Sin embargo, la calidad de estos productos, la forma en la que los utilicemos y los cuidados que les demos, están directamente relacionados con nuestra seguridad y bienestar.

Si analizamos nuestro día a día, cada vez requerimos una mayor cantidad y calidad de energía debido a todas las actividades que realizamos. No obstante, existen múltiples factores que pueden generar situaciones de riesgo en nuestro entorno:

Sobrecarga de instalaciones: el diseño de la instalación eléctrica está planeado para funcionar de forma eficiente y segura de acuerdo con la demanda habitual y, únicamente, con los aparatos tradicionales. El incremento en dispositivos que requieren conexión eléctrica, sumado a la carencia de tomacorrientes, ha incrementado el uso de extensiones o regletas. Este tipo de recursos pueden convertirse en una amenaza cuando se excede la cantidad de aparatos conectados a la vez o si no son dispositivos certificados.
Interrupciones o picos de energía: desde conectar nuestro celular para una carga rápida, hasta los procesos más complejos de las industrias requieren de energía eléctrica continua y segura. Sin embargo, todo lo que está conectado a una toma de corriente está sujeto a interrupciones de energía o picos que, en caso de no estar correctamente protegidos con aparatos que cumplan los reglamentos de seguridad, pueden ocasionar desde la reducción de la vida útil de los electrónicos, hasta quemarlos o dañarlos.
Envejecimiento del sistema eléctrico: la electricidad se encuentra entre los elementos fundamentales de negocios y hogares, pero es también uno de los que menos se revisa. El envejecimiento de la infraestructura de celdas eléctricas es una de las amenazas más comunes para la fiabilidad de las redes de energía y el 22% de los incendios en plantas industriales y empresas en Centroamérica, se deben a fallas en equipos eléctricos según datos de FM Global.
Productos de baja calidad: los productos eléctricos de baja calidad o que no cumplen con las normativas adecuadas pueden representar riesgos significativos para la seguridad de las personas. Por lo general, son copias de productos originales, fabricados con materiales baratos y que evaden reglamentos de fabricación, aunque a simple vista se asemejan a los originales. Desde incendios hasta descargas eléctricas, son numerosas las afectaciones y los incidentes que se pueden generar al utilizar este tipo de productos.

“Estamos en un mundo más conectado, en donde todos los dispositivos de los negocios y hogares requieren de una mayor demanda de energía. Por ello, es importante contar con soluciones que ofrezcan seguridad y estabilidad en el manejo de la energía. El uso inadecuado de las instalaciones eléctricas y fuentes de poder, o el adquirir productos de dudosa procedencia pueden ocasionar, en el peor de los casos, incendios o daños irreversibles, con consecuencias graves y costosas. Al final, lo barato sale caro”, comentó Tomás Vázquez, director de Ventas a Canales para Schneider Electric.

La seguridad como prioridad

A medida que los dispositivos electrónicos se convierten en elementos intrínsecos de nuestra vida diaria, la necesidad de garantizar su funcionalidad y seguridad se vuelve un elemento crucial. Los estándares y regulaciones son desarrollados por organizaciones especializadas y establecen los requisitos mínimos de calidad y seguridad que los productos deben cumplir.

Al adherirse a estos estándares, los fabricantes aseguran que sus productos sean seguros de usar y, a su vez, que cumplan con las expectativas de los consumidores. Además, estos estándares proporcionan una base para la certificación y la evaluación de la conformidad, lo que garantiza la calidad y la seguridad de los productos en el mercado.

En este contexto, los certificados de calidad y seguridad son sellos que validan exhaustivas pruebas y evaluaciones de los productos, asegurando que cumplen con los estándares más rigurosos y las regulaciones necesarias. Asimismo, garantizan el cumplimiento de estándares específicos de eficiencia energética, lo que reduce el consumo de energía y, al mismo tiempo, tiene un impacto positivo en el medio ambiente.

“Como consumidor debes informarte antes de adquirir un producto eléctrico, ya que comprar productos electrónicos seguros y certificados para la instalación de tu hogar, puede salvarte la vida. Cumplir las normas tanto de la instalación eléctrica, como la de los productos es indispensable para la seguridad eléctrica de todos; nos ayuda a prevenir incendios, lesiones a las personas y daños a nuestros bienes, si tomamos medidas adecuadas.”, indicó Vázquez.

Los consumidores deben ser conscientes de la importancia de elegir productos de calidad que cumplan con las normas establecidas, ya que esto no solo garantiza su seguridad, sino también contribuye a la responsabilidad social y medioambiental, y a mantener un entorno seguro y confiable en nuestros hogares y negocios.