El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió en febrero que una operación militar israelí de gran escala en Rafah implicaría gravísimos riesgos para la población civil, ya que más de un millón de palestinos desplazados hoy viven en el sur de la Franja de Gaza.
A raíz de las instrucciones emitidas el lunes por Israel de evacuar determinadas zonas de Rafah, el CICR reitera que se han de tomar todas las medidas posibles para proteger la vida de las personas civiles y procurar que estas tengan acceso a las necesidades básicas para su supervivencia: alimentos, agua y asistencia médica, entre otras. Es preciso que se mantengan las medidas adoptadas en las últimas semanas para aumentar el flujo de asistencia hacia Gaza. El CICR reitera la necesidad de proteger la misión médica (incluidas las instalaciones, las ambulancias, el personal médico y de enfermería) e insta a todas las partes en conflicto a disponer lo necesario para la protección y el respeto plenos de este servicio esencial y vital.
Al mismo tiempo que se realizan evacuaciones y operaciones, la información que circula en la prensa indica que continúan las negociaciones en torno a la posibilidad de un acuerdo político que podría disponer la liberación de rehenes y personas detenidas, así como un cese de hostilidades. Si bien el CICR sigue exigiendo que se libere de manera inmediata y sin condiciones a los rehenes, también reconoce que es poco probable que se logre sin un acuerdo político mediante. La organización espera que se llegue a un acuerdo que permita que las familias se reúnan y que suponga un alivio y la prestación de asistencia para todas las personas afectadas por el conflicto armado. Asimismo, el CICR está a disposición para desempeñar su papel de intermediario neutral en el cumplimiento de los aspectos humanitarios de un acuerdo.
Si continúan las operaciones militares, es imperioso que las partes en conflicto respondan por la realidad de los elevados números de personas que se trasladan por carreteras dañadas y zonas que pueden estar contaminadas por armas sin estallar. Las evacuaciones deben realizarse con cuidado de que las personas civiles lleguen a destino de manera segura y en condiciones dignas de higiene, salud, seguridad y nutrición; por otra parte, no se debe separar a miembros de una misma familia. Los residentes deben poder regresar a su hogar no bien hayan cesado las hostilidades.
La mayoría de estas personas no llegaron directamente a Rafah, sino que ya han tenido que desplazarse dos, tres o cuatro veces antes. Sumado al estrés y miedo constantes, y teniendo en cuenta las lesiones, la edad y la discapacidad, muchos residentes se hallan debilitados y con un riesgo elevado de perder la vida por infecciones y enfermedades comunes.
Hay cuestiones no resueltas, como el traslado seguro de las personas con discapacidad, las personas mayores y las personas enfermas, y el lugar al que podría trasladarse la población y en el cual podría instalarse en condiciones de seguridad y con las necesidades básicas satisfechas. No todas las personas pueden ser evacuadas, por cuestiones de edad, discapacidad o enfermedad. Las personas civiles que permanecen en la zona, sea o no de manera voluntaria, siguen teniendo derecho a protección y deben mantenerse al resguardo de los efectos de las hostilidades.
Se han de tener en cuenta estas realidades en el desarrollo de las próximas acciones en el marco del conflicto armado. Las instrucciones de evacuación ya han generado mucha angustia y miedo. Hay largas filas de personas que huyen de Rafah en coches, carros tirados por burros y a pie, y se ven personas y vehículos cargados con artículos personales.
El CICR insta a todas las partes en conflicto a respetar sus obligaciones jurídicas establecidas por el derecho internacional humanitario de proteger y preservar la vida de la población civil y los bienes de carácter civil.
Tenemos equipos del CICR presentes en el terreno para responder a las necesidades humanitarias. En Rafah, el CICR ayuda a la población mediante la entrega de comida, agua potable, tiendas de campaña, colchones y la prestación de asistencia de salud, entre otros servicios.
El CICR se mantendrá firme junto a quienes padecen necesidades a lo largo de todo el conflicto.