La neumonía es una infección respiratoria aguda que inflama uno o ambos pulmones y puede surgir a causa de diversos microorganismos como bacterias, virus y hongos. Existen dos tipos: según se adquiere en el día a día (neumonía adquirida en la comunidad) o en un centro hospitalario (neumonía hospitalaria).
Cualquier persona puede padecer una neumonía; sin embargo, existen ciertos grupos de riesgo, los cuales deben estar atentos ante cualquier síntoma y tomar las medidas preventivas adecuadas, según el médico tratante.
- Niños menores de 2 años.
- Personas con el sistema inmune débil: debido al cáncer, VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) / SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) o con trasplante de órganos.
- Individuos con problemas de salud serios como diabetes, cirrosis o enfermedad cardíaca.
- Adultos mayores de 65 años.
Las vacunas: una valiosa herramienta preventiva en diversas etapas de la vida
Algunos tipos de neumonía pueden prevenirse a través de las vacunas. Asimismo, quienes estén vacunados y aún así adquieran la enfermedad, pueden presentar complicaciones menos graves o tener infecciones más leves y de menos tiempo, gracias a la vacunación.
- Niños
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la neumonía es la principal causa individual de mortalidad infantil a nivel mundial y representa el 14% de todas las muertes en niños menores de 5 años.
La forma más eficaz de prevenir la neumonía infantil es vacunarlos contra las siguientes enfermedades, de acuerdo con el esquema de vacunación del país.
- Neumococo (Streptococcus pneumoniae): es la causa más común de neumonía bacteriana en niños.
- Haemophilus influenzaede tipo b (Hib): es la segunda causa más frecuente de neumonía bacteriana.
- COVID-19.
- Sarampión.
- Influenza o gripe.
- Adultos
Las bacterias son las causantes de una gran parte de los casos de neumonía en adultos; específicamente, el neumococo. También, sobresalen el virus de la gripe y el SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19). Entre las vacunas que se deben considerar, de acuerdo con la referencia del médico tratante, destacan:
- Vacuna antigripal (contra la influenza): la recomendación es una vez al año. Se sugiere colocar en adultos mayores, para evitar complicaciones graves.
- Vacuna contra el neumococo: además de neumonía, el neumococo puede provocar meningitis e infecciones en la sangre.Recomendable para adultos jóvenes con riesgo de contraer enfermedades neumocócicas y en mayores de 65 años.
- Vacuna contra la COVID-19: para evitar contraer el virus, enfermar gravemente o inclusive, la muerte.
- Adultos con enfermedades crónicas y fumadores
Las personas con problemas de salud persistentes (asma, enfermedad cardiovascular o pulmonar crónica, entre otras) o con el sistema inmunológico débil (tienen cáncer o VIH) y las fumadoras deben considerar vacunarse contra la enfermedad neumocócica, ya que tienen un alto riesgo de padecer neumonía.
- Mujeres embarazadas
De acuerdo con la indicación de su médico, pueden vacunarse contra:
- Influenza o gripe: puede poner a la madre en riesgo de hospitalización y generar complicaciones. Colocarse la vacuna reduce las posibilidades de que el bebé se contagie con el virus y disminuye el riesgo de que este padezca una neumonía.
- Tosferina: protege a los bebés contra esta enfermedad potencialmente mortal.
- COVID-19: para evitar complicaciones en el embarazo y del bebé en gestación.
Otras prácticas para reducir el riesgo de padecer una neumonía
- Lavarse las manos frecuentemente con jabón.
- Practicar actividad física con regularidad.
- Llevar una dieta saludable y nutritiva.
- Evitar el fumado.
- Dormir suficientemente.
- Practicar la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé.
Muchos virus o bacterias siguen representando un riesgo grave para la salud. Por eso, Pfizer continúa centrándose en la investigación y el desarrollo de innovadoras vacunas, seguras y eficaces, para combatir patógenos nuevos o ya existentes. ¡La prevención es la mejor medicina!
Síntomas de la neumonía
Los más comunes son:
- Dolor en el pecho al respirar o toser e inclusive, dificultad para respirar.
- Desorientación o cambios de percepción mental, en personas mayores de 65 años.
- Tos que puede producir flema.
- Fiebre y escalofríos con temblor.
Los recién nacidos y bebés puede que no muestren signos de la infección o más bien, tengan fiebre, tos o dificultad para respirar, parezcan inquietos o cansados y no tengan ganas de comer.