Más Allá de la Montaña

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¿Qué si tu vida dependiera de un extraño?

Después de que una tormenta en el horizonte provoca la cancelación de su vuelo a Nueva York, la talentosa foto periodista Alex Martin se encuentra atorada en Idaho la noche previa a su boda. En un intento por hacer todo lo posible y llegar a casa a tiempo, se le ocurre la idea improbable de alquilar un avión a Denver con la esperanza de tomar esa misma noche el vuelo nocturno que la lleve a Nueva York. Otro pasajero varado, Ben Bass, un neurocirujano experto que tiene que regresar a la costa este para realizar una operación crítica de vida o muerte, le expresa sus propias dudas con respecto al plan, pero finalmente se une a ella.

Mientras Alex y Ben se alejan del clima despiadado en una pequeña avioneta Piper de dos plazas, su piloto sufre un derrame masivo, y la pequeña aeronave choca con las nieves profundas de las montañas Uinta, al noreste de Utah. Atrapados en esta región remota con muy pocas esperanzas de ser rescatados, los dos viajeros, que se encuentran agotados, emprenden un peregrinaje aterrador y transformativo a lo largo de las extensiones inolvidables del terreno vasto y escabroso, que los llevará a luchar contra los elementos, los animales y el tiempo. Bajo las circunstancias más extremas imaginables, poco a poco comienzan a confiar uno en el otro, y un vínculo poderoso crece entre ellos —uno que reconfigurará el curso de sus vidas.

Una historia arrolladora de amor y supervivencia, MÁS ALLÁ DE LA MONTAÑA es protagonizada por la ganadora del Premio de la Academia® Kate Winslet (Steve Jobs, The Reader) y el ganador del Globo de Oro® Idris Elba (Beasts of No Nation, Luther, Mandela: Long Walk to Freedom). La película es dirigida por el realizador nominado al Premio de la Academia Hany Abu-Assad (Paradise Now, Omar), a partir de un guión del escritor nominado al Premio de la Academia Chris Weitz (About a Boy) y J. Mills Goodloe (The Age of Adaline), basado en el libro de Charles Martin. Una producción Chernin Entertainment Production presentada por Fox 2000 Pictures, MÁS ALLÁ DE LA MONTAÑA es producida por Peter Chernin, p.g.a., Jenno Topping, p.g.a., y David Ready, mientras que Becki Cross Trujillo y Fred Berger fungen como productores ejecutivos.

UNA AVENTURA DESGARRADORA, UN ROMANCE ÉPICO

Con su novela THE MOUNTAIN BETWEEN US, el autor Charles Martin creó una historia emotiva y de suspenso que analiza cómo dos extraños con personalidades distintivas se aceptan y adaptan el uno al otro bajo una presión extrema. Esa crónica —la historia evolutiva de cómo dos protagonistas cautivadores se abren paso a través de un paisaje brutal hacia la salvación, y, a final de cuentas, hacia el amor— inspiró al productor nominado al Oscar® Peter Chernin (Hidden Figures). En su esencia, la historia ofrecía una exploración entrañable del espíritu optimista, amoroso y generoso de la humanidad, que nos hace recordar siempre tener esperanza y vivir en el presente.

El veterano realizador compró los derechos de la novela de Martin hace cinco años con la idea de adaptar la inusual historia de amor para la pantalla grande, y hacer una película en la misma tradición de clásicos tales como Dr. Zhivago y Out of Africa.

“Me llamó mucho la atención la idea de hacer una historia de amor a gran escala”, comenta Chernin. “Estaba muy impactado por esta historia de dos personas que, en esencia, están fracturadas o incompletas, quienes, a través de esta experiencia, cambian sus vidas y evolucionan hasta convertirse en lo que son. Estas son dos personas en la situación más extrema imaginable. El hecho de que se enamoren es una de las razones que les permite sobrevivir este sufrimiento extraordinario”.

Casi desde donde se le vea, Alex Martin y Ben Bass son una pareja incompatible. En sus respectivas profesiones, ambos están consagrados y su nivel de compromiso es inigualable, pero es hasta ahí donde las similitudes terminan.

Alex es atrevida, intrépida y enérgica; una reportera gráfica conocida por sus métodos disidentes y determinación obstinada. Fiel a su costumbre, deja hasta el último momento su viaje a Nueva York y termina varada en Idaho un día antes de su boda con su novio de toda la vida Mark. Cuando su vuelo es cancelado debido al clima, está determinada a encontrar una solución, por lo que se asocia con un extraño para alquilar una avioneta que los llevará a los dos más cerca de su destino.

Ben Bass es un reconocido neurocirujano infantil, camino a Nueva York para realizar un procedimiento vital y complicado a la mañana siguiente. Es preciso, metódico y disciplinado, tanto en su vida como en su carrera, y, aunque reacio a abordar el avión pequeño, no ve opción alguna. Esa decisión pone en marcha una serie desgarradora de eventos que preparará el camino para que Alex y Ben forjen un vínculo profundo, único y perdurable.

En los papeles de Alex y Ben están dos de los actores más respetados que trabajan en la actualidad: la ganadora del Premio de la Academia Kate Winslet (The Reader) y el ganador del Globo de Oro Idris Elba (Luther). “Estos son dos actores serios, de talla mundial”, comenta Chernin. “La idea de ponerlos juntos en esta historia intensa y emotiva hacía que todo se sintiera todavía más especial. Los dos llegaron al proyecto con un nivel serio de compromiso. Estaban muy emocionados de tener la oportunidad de actuar uno frente al otro, y estaban muy comprometidos a hacer que esta historia fuera de gran calidad”.

Winslet tiene un currículo casi incomparable, salpicado de actuaciones sobresalientes que se remontan décadas atrás —con frecuencia ha dicho que le gusta interpretar a mujeres que considera “de armas tomar”, una descripción que sin lugar a duda aplica a Alex. “Es el tipo de mujer que no se dará por vencida hasta que consiga su historia”, comenta Winslet. “Es una de esas mujeres que ha estado antes en zonas de guerra, trabajando veinticuatro horas sin parar y sin dormir. Es valiente, muy valiente”.

En Alex, dice que vio la oportunidad de interpretar a una protagonista poderosa, cuya fuerza y claridad mentales se vuelven una parte vital para su supervivencia; una mujer que está tan bien delineada como Ben, e igual de activa. “Cuando leí por primera vez el guión, de hecho, me llamaron la atención tanto Alex como Ben”, comenta Winslet. “Me encantó la idea de que estos personajes iban a llevar sobre sus hombros toda la película de principio a fin. Nunca había leído un guión así. Y también creo en lo que dice la historia —que puedes cambiar, como persona, de maneras inconmensurables, y de que es muy posible experimentar algo así y después no poder ser capaz de regresar a la manera en como era tu vida, o poder seguir adelante con respecto a la manera en la que creías que se iba a convertir. Estos dos personajes experimentan muchos cambios gracias a la experiencia que comparten. Eso me cautivó mucho”.

De igual manera, Idris Elba, bien conocido por sus agudas actuaciones en la serie Luther, para la BBC, y en películas tales como Beasts of No Nation y Mandela: Long Walk to Freedom, se sintió atraído al papel de Ben, un hombre tan fuerte y capaz, como atractivo. “Me llamaron mucho la atención la historia y las circunstancias extremas en las que estas dos personas se encuentran”, comenta. “Se sentía como algo a lo que le podía hincar el diente desde un punto de vista dramático. Asimismo, nunca había interpretado un papel protagónico romántico, lo que para mí fue tomar un rumbo totalmente nuevo.

“Esta película explora el concepto de que no hay lugar perfecto para conocer a alguien del que te vas a enamorar más adelante”, añade Elba. “De hecho, en ocasiones los escenarios más extremos se convierten en un mejor lugar para entender si puedes amar a alguien o no, porque te estás enfrentando a ellos bajo una circunstancia que no es cómoda. Como actor, debes de situarte en ese momento lo más cerca posible, a lo que sea que esté viviendo el personaje, y Ben ha pasado por mucho. Su vida personal es un caos cuando lo conocemos, y se torna incluso más complicada en esta montaña”.

Para contar esta fascinante historia de romance y supervivencia, Chernin y la productora Jenno Topping recurrieron al aclamado director palestino Hany Abu-Assad, realizador nominado al Oscar por sus dramas extranjeros Omar y Paradise Now, ambos dramas políticos que lidian con temas de ocupación y opresión.

“La cosa acerca de Hany es que lidera con el corazón, y no le tiene miedo a todos los matices y la escala emotiva”, comenta Topping. “Quiere explorar los límites más lejanos del alcance emocional al que son capaces de llegar los seres humanos, ya sea en el caso del amor, el miedo, el peligro o la tristeza. Y comunica eso de manera muy efectiva. Una vez que nos dimos cuenta de que no sólo iba a aportar la calidad que le imprime a todo su trabajo, sino que también quería alcanzar una paleta más grande y potente, nos sentimos muy a gusto con él”.

En MÁS ALLÁ DE LA MONTAÑA, Abu-Assad vio la oportunidad de dirigir una historia integral e inherentemente cinemática de un hombre y una mujer que luchan contra los elementos, y que también funciona como una obra íntima y conmovedora para dos actores. “El guión era acerca de la buena naturaleza de los seres humanos y de ese espíritu que les permite convertirse en mejores personas, de tener la capacidad de amar, de tener la capacidad de sacrificarse”, comenta Abu-Assad. “Me pareció muy interesante profundizar en todos estos temas. Esta es, de hecho, la película más grande que he hecho. Existen muchas diferencias con respecto a mis proyectos pequeños, pero también muchas similitudes, pero el principio es el mismo. A final de cuentas, sea la película grande o pequeña, es acerca de la narrativa”.

Winslet ya estaba familiarizada con las primeras películas provocadoras del director y estaba ansiosa por colaborar con él. “Había visto el trabajo previo de Hany y me encantó su manera de narrar”, comenta. “Es de una sencillez impresionante, y, aun así, lidia con emociones muy complejas que con frecuencia son muy difíciles de interpretar en el cine. Por lo regular, están ligadas al conflicto y a la tragedia, pero, no obstante, es capaz de transmitir de alguna manera esas cosas de una manera moderada que se vuelve cautivadora y, en ocasiones, hasta divertida. Sin lugar a duda, es posible encontrar momentos fortuitos de gran humor en situaciones extremas o momentos de gran tragedia y tristeza. Y admiro la manera en la que maneja eso en su realización cinematográfica”.

La historia de MÁS ALLÁ DE LA MONTAÑA se pone en marcha, desde un punto de vista dramático, una vez que el piloto del avión que Alex y Ben han alquilado sufre un derrame a medio vuelo y la aeronave choca —el respetado actor Beau Bridges aparece en un breve, pero memorable rol como el desafortunado hombre. Cuando Ben sale por primera vez de los restos del avión, asimila toda la solitud y desesperación de su predicamento. Para empeorar todavía más las cosas, Alex está lastimada de manera grave —queda inconsciente durante casi dos días. Ben utiliza sus conocimientos médicos para atender sus heridas, y después de que termina por despertar, él sugiere que se pongan cómodos y permanezcan en calma, ya que de seguro llegará ayuda pronto. Es Alex quien se da cuenta que el piloto nunca presentó un itinerario de vuelo, lo que significa que, si van a sobrevivir, deberán tomar cartas en el asunto —y de manera expedita.

“El personaje de Ben siempre está más inclinado hacia el lado de la precaución que Alex”, comenta Winslet. “Así que, mientras que él hubiera preferido mucho más quedarse ahí, en ese avión, y aguardar esperanzado por un rescate, Alex dice, ‘Quizás y somos nosotros los que tenemos que salir de esta espantosa situación, así que, o estás conmigo o no’. Su valentía por salir y comenzar a intentar hacer ese viaje hacia la seguridad y de regreso a la civilización es lo que en realidad hace que avance la historia”.

Para salir de las montañas vivos, Alex y Ben tendrán que cubrir kilómetros y kilómetros de terreno riguroso. Con muy pocas provisiones, emprenden el viaje, acompañados por el perro fiel del piloto. El progreso es lento, y a lo largo del camino, los sobrevivientes se vuelven cada vez más dependientes uno del otro, mientras se enfrentan a una serie de situaciones peligrosas. Los recursos mentales de ella y los físicos de él son ambos necesarios para superar el peligro inminente en el que se encuentran.

“A lo largo de la historia es evidente que chocan al momento de decidir maniobras estratégicas, pero esas son las cosas que también los unen”, comenta Winslet. “Deben de trabajar juntos. Deben de superar esas diferencias. Y después eso los lleva al punto en el que no pueden estar uno sin el otro”.

También comienzan a conocer detalles íntimos acerca de sus vidas —aunque al principio la expresiva Alex es más comunicativa que el reservado Ben. Ella le revela que apenas se acaba de comprometer en matrimonio con Mark, interpretado por Dermot Mulroney, mientras que el introvertido de Ben, por otro lado, escucha música clásica en su teléfono de manera secreta y moderada; un recuerdo de su querida esposa que murió de cáncer años atrás. De manera desinteresada, comienzan a cuidarse el uno al otro. Sin importar la amenaza, ninguno está dispuesto a dejar al otro atrás.

“Esta película es acerca de cuando uno se enamora”, comenta el productor David Ready. Al inicio de su relación, es en gran medida como el yin y yang. Una vez que enfrentan los mismos peligros y retos, sus personajes aprenden uno del otro y crecen. Alex se vuelve más dócil, mientras que Ben se vuelve más vocal y valiente, y comienzan a forjar esa unión para poder sobrevivir”.

“Este es un romance absoluto”, añade Topping. “De hecho, es una parte increíble y bella de la película —cuando pasas por algo tan extremo con alguien, no hay nadie más en el mundo que te conozca de una manera más íntima. Si alguien te quiere después de eso, después de pasar y ver todo eso, nunca podrá haber otro ser humano con el que te puedas conectar de la misma manera”.

Al igual que Alex y Ben, Winslet y Elba abordaron sus papeles de manera distinta, pero con el mismo compromiso intenso hacia el personaje. “Yo me muevo en gran medida con el diálogo, y me gusta asegurarme que los tengamos dominados y que sepamos qué estamos haciendo”, comenta Winslet. “Idris era mucho más como, ‘No te preocupes de eso. Todo es acerca de la energía. Todo es acerca de la atmósfera’. Tuvimos que adaptarnos a la manera de trabajar del otro, porque ambas formas eran muy pertinentes, y necesitábamos de esas dos características para poder ser capaces de sobrellevarla [la experiencia del rodaje]. Es indudable que aprendimos mucho uno del otro”.

“Kate aportó un nivel de profundidad y honestidad en todas las emociones que Alex experimenta”, añade Elba. “Es muy analítica con respecto a los diálogos y el guión, y pasamos mucho tiempo desmenuzándolo hasta el más mínimo detalle para que sonara auténtico. Cuando tienes dos actores que interpretan a personajes que pasan por algo que es muy real —la supervivencia, el amor—es importante que busques la verdad en eso, porque la audiencia puede ver a través de ello. Kate estaba muy al pendiente y fue muy honesta. Reveló muchas cosas personales para interpretar este papel. Ambos lo hicimos. Teníamos que hacerlo”.

ESCALANDO LA MONTAÑA

Para rodar una historia que se desarrolla en la región montañosa más remota de los Estados Unidos —llena de paisajes bellos, pero peligrosos—, Abu-Assad insistió que todas las escenas exteriores de montaña fueran rodadas de tal manera que reflejaran las condiciones potencialmente fatales que Alex y Ben se ven forzados a tolerar, sin el uso de la pantalla verde. Eso significaba encontrar una locación accesible para filmar, que tuviera las mismas cumbres imponentes, así como las carpetas de nieve profundas y vírgenes que les esperan a los viajeros, y reclutar un equipo detrás de cámaras que no se sintiera amedrentado por trabajar bajo condiciones inhóspitas.

“Cuando piensas en ello, la película es sencilla en realidad —son dos personas y un perro en una montaña”, comenta Ready. “Y, no obstante, es muy complejo en cuanto a producción se refiere, y a cómo vas a producir una película que se lleve a cabo en estos ambientes extremos. La autenticidad fue un objetivo de suma importancia para nosotros —la legitimidad del ambiente ayuda a la legitimidad de las actuaciones. Todo es lo mismo”.

MÁS ALLÁ DE LA MONTAÑA arribó a la comunidad pintoresca de Invermere en la cordillera de la montaña Percell, justo en el rincón sudeste de Columbia Británica, Canadá, ya que tenía justo la mezcla precisa de vistas extraordinarias y terreno salvaje que se requerían para darle credibilidad y veracidad al filme. Sin embargo, antes de dirigirse al remoto sitio, Abu-Assad y su equipo de producción —incluyendo la directora de fotografía Mandy Walker, el diseñador de producción Patrice Vermette y la diseñadora de vestuario Renée Ehrlich Kalfus— montaron una de las escenas más impactantes de la película en un foro de Vancouver.

Para simular el aterrador choque de avión, y cómo sobreviven a él Alex y Ben, la producción fabricó una réplica del fuselaje, que después fue montada a un cardán al que equiparon para poder realizar movimientos de cámara complejos y nada convencionales. El mismísimo fuselaje fue todo un set completo sin paredes removibles a los lados —para ingresar a su interior, los actores tenían que subir a través de una pequeña ventana lateral de la avioneta. La escena del choque, captada en una toma continua en movimiento, fue lograda al montar la cámara en un solo cable que entraba por la punta abierta de la nave. Guiada a control remoto, la cámara viajaba en movimientos coordinados de hasta 360º para cubrir las interpretaciones de los actores.

“Rodamos la escena en una sola toma que Hany había diseñado, y fue sorprendente”, comenta Bridges. “Nunca había hecho algo así en mi vida. La cámara, montada en un cable, iba de atrás hacia delante adentro del avión. La sección al frente tenía que tomar distancia para que la cámara pudiera girar rápidamente y captarme en el asiento del piloto, y después se iba para atrás para captar a Idris y Kate en la parte posterior del aeroplano. El viento ruge, el avión se estremece —y lo que me encantó en especial de la toma fue que se necesitaba del esfuerzo de todos para obtenerla”.

Si bien la secuencia requería de una inmensa cantidad de precisión para rodarse, Abu-Assad sintió que era necesario ayudar a generar esa sensación para que la audiencia se sintiera atrapada adentro del avión con Alex y Ben. “Se nos ocurrió la idea de estar adentro del avión con una sola toma porque, cuando editas todas las escenas, la audiencia se siente manipulada y no como parte de la acción”, dice el director. “Al rodarla como una escena continua, están a bordo, sentados ahí, con los otros pasajeros. ¿Pero cómo hacerla? Se convirtió en una inmensa mezcla de ingeniería, actores y dirección. Los movimientos de cámara tenían que ser fluidos sin que perturbaran a los actores. No fue fácil”.

Tan difícil como fue montar el choque, parecía sencillo comparado con los retos que le esperaban a la producción una vez que llegaron a las montañas Percell en enero de 2016. Situadas en el lado oeste de las Montañas Rocosas Trench, los picos están cerca o por encima de los 3,300 metros a nivel del mar. Todas las áreas alpinas elevadas sólo eran accesibles a través de tres helicópteros Bell especiales, diseñados y equipados para manejar a esas desorbitantes altitudes.

Los equipos de seguridad estaban en alerta constante ante las amenazas de peligros naturales, tales como avalanchas. De igual manera, los cambios repentinos de clima eran otros riesgos muy reales. Si el mal clima se hubiera presentado sin previo aviso, los helicópteros quizás y no hubieran tenido tiempo de volar del imponente campo de aterrizaje donde estaban estacionados a las locaciones remotas, para sacar a las estrellas y al equipo de producción de la montaña y transportarlos a una tierra más baja. La producción colocó refugios y equipo de supervivencia en cada locación para dejarles a aquellos que potencialmente hubieran podido ser dejados atrás en la montaña un lugar seguro para esperar a que pasara cualquier tormenta.

De sobra precavidos, sólo Winslet, Elba y el equipo de producción básico volaron a las elevaciones más altas donde, además del frío, la escasez del aire a semejante altitud hacía que el trabajo fuera físicamente más exigente. Cada respiración a alturas tan vertiginosas desafió de una manera severa al reparto y al contado equipo de producción.

“Nunca había hecho algo ni remotamente cerca a esto en cuanto a altitud”, comenta Winslet. “Correr a esas alturas es una agonía absoluta. Sientes cómo el pecho te quema. Soy una persona fuerte y estoy en forma, pero eso fue algo para lo que no estaba nada preparada. Usas mucha más energía para respirar cuando estás a tales alturas. Para mí, fue algo totalmente nuevo ver cómo mantenernos calientes, cómo cuidarnos los unos a los otros, cómo comer de manera apropiada, mantenerte hidratado, y todo ese tipo de cosas. Todo en sí fue supervivencia”.

La directora de fotografía Walker (Tracks, Australia) ya está acostumbrada a rodar en ambientes exigentes, y su inventiva no conocía límites al momento de planear tomas en un terreno invernal: en un momento dado, montó la cámara en un trineo hecho de tablas de snowboard para capturar la imagen perfecta para Abu-Assad.

Aun así, el frío penetrante presentó una serie de retos sólo en cuanto al equipo —las cámaras tenían que estar guardadas en un camión con calefacción para prevenir que las baterías se congelaran, por ejemplo. La planeación era fundamental. “Una vez que estábamos arriba en la montaña, no podíamos bajar de regreso”, comenta Walker. “Así que nos llevábamos todos nuestros lentes y corríamos dos cámaras al mismo tiempo. Para algunas locaciones, enviábamos el equipo unos cuantos días antes y ahí lo dejábamos, para que hubiera cosas esperándonos. También empacamos equipo en cajas que fueran lo más pequeñas posible para hacer traslados vía helicóptero a la montaña y fuera de ella, tan rápido como fuera posible”.

Las condiciones extremas hicieron poco para persuadir a Abu-Assad de ir en búsqueda de una visión cinematográfica asombrosa —a pesar del despiadado clima, no dejaba de capturar tomas arrebatadoras y majestuosas, otra vez sin recaer en la pantalla verde o engaños digitales. Walker incluso pidió un lente hecho a la medida de Panavision para ciertas escenas. “Para él, todo el trabajo de cámara es acerca de la narrativa”, comenta Walker. “No hacemos muchos cortes o cutaways —no es una película con cámara en mano. Intentamos obtener la toma para contarle a la audiencia qué es lo que le está sucediendo a los personajes en ese momento. Nos movemos de la misma manera en la que ellos se mueven, e intentamos estar en sincronía con su viaje”.

En algunos casos, caminar junto a Alex y Ben generó su propio conjunto de problemas. “En ocasiones, sólo podíamos hacer una o dos tomar porque una vez que los personajes dejaban huellas, no podíamos rodar de nueva cuenta sobre la misma porción de tierra”, comenta Walker.

De igual manera, el diseñador de producción nominado en dos ocasiones al Premio del Academia Patrice Vermette (Arrival, The Young Victoria) tuvo que tomar precauciones tempranas para crear sets que se necesitaban para las escenas de montaña. El equipo de Vermette construyó el avión en Vancouver y después supervisó su transporte al terreno montañoso. El fuselaje, incluyendo parte de un ala y el motor, fue transportado por helicóptero a su lugar de descanso a 2,740 m. de altura. La sección de la cola, que es arrancada en el choque, fue colocada a 2,895 m. de altura, al borde del glaciar Delphine.

Cada pieza del avión fue pesada, para que cuando llegara el momento de aerotransportarla para colocarla en posición, los pilotos de los helicópteros que se iban a encargar del traslado de los sets supieran exactamente qué tanto podían cargar de manera segura en un viaje dado.

Debido a que las aeronaves son construidas con materiales ligeros y las ráfagas de vientos alpinos elevados pueden ser muy poderosas, había preocupación de que las piezas de los sets podían ser arrastradas por el viento una vez que estuvieran colocadas en las montañas. Para mantenerlas en su lugar, fueron aseguradas a grandes placas de hierro de 2cm x 1.21m x 2.42m, enterradas en la nieve. No obstante, el viento logró que una pieza de la sección de la cola saliera volando de la montaña (nunca fue recuperada). Con el tiempo encima, una segunda sección de cola tuvo que ser construida, pintada, envejecida y deteriorada en Vancouver, después llevada en auto a la montaña, para después ser aerotransportada y anclada a su posición.

Para decorar todavía más la zona alrededor de la sección de la cola, seis peñascos de 1.8m x .9m fueron creados con hule espuma, volados en helicóptero y anexados a grandes placas transversales de madera, que después fueron enterradas en la nieve. La Madre Naturaleza le añadió el decorado final con todavía más nieve.

Otros sets principales en las montañas, incluidos un refugio hecho con tocones de raíces y la entrada a una cueva de nieve en forma de cúpula, fueron construidos alrededor del perímetro del campamento base de la producción, un altiplano cercano conocido como Horsethief Creek, donde tráileres, camiones con equipo, generadores, unidades móviles y vehículos de transporte estaban todos organizados. En esencia, el área hizo las veces de un set exterior de estudio, lo que le permitió a Abu-Assad continuar rodando, incluso si las locaciones reales en la montaña no eran accesibles en ese momento.

El equipo de diseño comenzó su preparación en noviembre, antes de que la tierra se congelara. El edificio más grande era una cabina dilapidada, donde Ben y Alex se refugian después de que ella sufre una aterradora caída a través del hielo, para caer en aguas gélidas que se encuentran debajo. “La idea de la cabina era crear algo que fuera casi fantasmal, efímero”, dice la directora de arte Cheryl Marion. “Está ahí, pero a menos de que realmente lo estés buscando, no lo ves. Cuando Ben primero le echa un vistazo, no está claro que ahí está. Y esa era toda la idea —que tuviera esta sensación fantasmal”.

Al igual que el fuselaje y la cola de la avioneta, la cabina se construyó en un foro de Vancouver y fue trasladada en camión más de 800 km. bajo condiciones de manejo invernales usualmente traicioneras hasta Horsethief Creek. Ahí, a lo largo de ocho días, fue reconstruida en un campo abierto y vasto, y después avejentada para darle la apariencia de que llevaba mucho tiempo abandonada. El equipo de áreas verdes de la producción regresó a principios de diciembre para plantar sauces y árboles más grandes, y así crear un fondo dramático para la escena.

Para cuando el reparto y el equipo de producción llegaron a principios de enero de 2016 para comenzar a rodar, fue como si los sets habían formado parte del paisaje desde hacía muchos años.

“Desde el inicio, Hany, Mandy y yo queríamos contar con la autenticidad del paisaje —prescindir de la pantalla verde, porque creo que en la actualidad hay muchas películas que se hacen con pantalla verde que hace que las audiencias ya detecten cuándo es real y cuándo no”, comenta Vermette. “Queríamos tener la luz real, los paisajes reales, el precipicio real. Sí, se vuelve mucho más difícil para la producción tomar ese camino. Pero me parece que todos estaban tremendamente orgullosos de lo que se consiguió cada día”.

La productora ejecutiva Becki Cross Trujillo se encargó de gran parte de la compleja logística, una vez que consultaba con los pilotos de helicóptero y el gerente de locaciones Robin Mounsey para determinar si sería seguro rodar en un día determinado. Si le daban el visto bueno, Trujillo viajaba a la locación de ese día con Abu-Assad, Walker, Mounsey y el primer asistente de director Paul Barry para asegurarse que los actores y el resto del equipo de producción necesario fuera capaz de llegar al set desde Horsethief Creek.

“Si podíamos, nos dejaban en la montaña y nos comunicábamos por radio con la gente que estaba abajo”, comenta Trujillo. “Todos en tierra comenzaban a movilizarse para reunir y alistar todo el equipo y demás herramientas para subirlo todo en los otros dos helicópteros. Nunca presionamos por intentar subir a la montaña cuando los pilotos y el gerente de locaciones tenían preocupaciones. Ellos encabezaron ese cargo, y nosotros confiamos en ellos porque queríamos que todos estuvieran a salvo”.

Además de proteger al reparto, al equipo de producción y al equipamiento de condiciones gélidas, a Trujillo se le encargó el cuidado del miembro de reparto canino, Raleigh, quien interpreta al otro sobreviviente del choque, el perro del piloto. “Utilizó una chaqueta de plumón humana”, comenta Trujillo. “Aprendió a usar gafas. Enceraron sus patas para protegerlas, y le pusimos zapatos. Aprendió a subir y bajar del helicóptero, y teníamos una almohadilla de poliestireno en la que lo poníamos parado o acostado para que no estuviera en contacto con el hielo. Fue una curva de aprendizaje para él —afortunadamente, era un perro tranquilo y maravilloso. Le podíamos poner bufandas y gorros, y no tenía problema alguno en que lo hiciéramos”.

El frío penetrante probó ser implacable y despiadado. La primera semana en la locación se presentó una inversión climatológica inusual, en la que las temperaturas en el valle eran más frías que aquellas en los alpinos a gran altitud. Condiciones bajo cero provocaron que motores de camión, generadores, equipo de cámara y demás equipamiento se congelara o se rompiera. Pacas de heno fueron colocadas alrededor de los camiones, casas rodantes y tráileres para conservar el calor. La congelación era una preocupación. En total, MÁS ALLÁ DE LA MONTAÑA estuvo dieciocho días en el terreno riguroso.

“De verdad era un frío gélido”, comenta Winslet. “De hecho, hubo un día en la montaña en la que todo lo que rodamos, lo hicimos en una sola toma, porque hacía tanto frío que era la única forma de salir adelante. Era insoportable incluso quitarte los guantes por dos segundos”.

La diseñadora de vestuario Renée Ehrlich Kalfus estaba consciente de las severas condiciones climatológicas a las que estaría expuesto el reparto el tiempo que estuvieran rodando en la montaña, e hizo lo que pudo para mitigar la incomodidad de los actores. “En realidad no se quejaron del frío”, comenta. “Tenían ropa interior térmica, calcetines eléctricos, guantes que funcionaban con baterías, pero sus rostros estaban expuestos”.

Ben, quien se viste como si estuviera en ropa citadina de moda, está mal preparado para las temperaturas gélidas y el terreno escabroso. “Se ve elegante con su abrigo de casimir y sus botas urbanas de piel”, comenta Kalfus. Pero Walter, el desafortunado piloto, estaba mucho mejor vestido para los climas helados. “Gracias a que el piloto se muere, se pone su ropa”, comenta Kalfus. “Así que, Idris, durante gran parte de la película está actuando, en efecto, bajo el ropaje de alguien más, que no dejó de ser algo interesante que como actor pasara por algo así. Porque el guardarropa en realidad define quien eres”.

Para Kalfus, el principal reto fue crear atuendos que no sólo hablaran de la identidad de los personajes —Alex como una reportera gráfica habilidosa, Ben como un neurocirujano adinerado—, sino que también generaran un interés visual para la duración del filme. “Tenía que crear una apariencia original que se sostuviera por sí sola durante gran parte de la película”, comenta. “Estaba enfocada en añadir mucha textura y color, además de encuadrar el rostro y las siluetas, y darles esta apariencia clásica a los dos para que, nosotros como audiencia, no nos cansáramos de verlos”.

A final de cuentas, el rodaje en la montaña requirió que todos los departamentos fueran flexibles y estuvieran a la altura de condiciones y horarios siempre cambiantes, a sabiendas también de que cada día sólo aportaba seis horas de luz de día utilizable. “De hecho, distó de ser fácil”, comenta Abu-Assad. “En muchas ocasiones, veía al equipo de producción y me parecía que estábamos locos. ¿Por qué estamos haciendo esto? Pero lo hicimos, y estoy muy contento. Estoy orgulloso en haberlo hecho de esta manera”.

El reparto y el equipo de producción estaban satisfechos con lo que consiguieron durante el tiempo que pasaron en las montañas Percell —capturar actuaciones sobresalientes en un terreno imponente y tremendo, así como la grandiosidad vasta y asombrosa del paisaje. A pesar de todas las dificultades físicas, Elba fue rápido en señalar que, “Estas montañas son bellas, las vistas no se acaban nunca y te sientes bastante especial. Yo me sentí muy privilegiado en haber podido hacer esta película y ver estos paisajes que probablemente no podrán ver jamás en la vida real muchos seres humanos”.

Chernin agrega, “Desde el mero principio, sentimos que esta película se tenía que ver de una manera extraordinaria. Se tenía que ver dentro de una escala y esfera de acción del tipo de películas que en muy rara ocasión se hace hoy en día. Esta es una película acerca de la supervivencia. Esta es una película acerca de gente que se ve orillada hacia los bordes de la tolerancia y resiliencia humanas. Es extraordinario por lo que han tenido que pasar”.