Microsoft rompe el techo de cristal con su programa de inclusión DigiGirlz

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Microsoft en Centroamérica celebró una nueva edición de su programa DigiGirlz, un proyecto que busca exponer, capacitar y alentar a las jóvenes para que continúen rompiendo paradigmas y triunfando en el sector de las ciencias y la tecnología. Durante los eventos que se desarrollarán en los meses de marzo y abril, se impactará alrededor de mil niñas y adolescentes en los cuatro países con actividades interactivas, conservatorios, sesiones de inmersión y  contacto con la tecnología.

DigiGirlz un programa creado por Microsoft e implementado en la región centroamericana, está dirigido a estudiantes de noveno a undécimo año, y busca atraer, involucrar y desarrollar a más mujeres en la academia y en el mercado laboral de las ciencias, la tecnología y la matemática.

Además de visibilizar las ventajas de las carreras tecnológicas y la creciente demanda de estos perfiles en el mercado laboral, DigiGirlz buscará acercar referentes y modelos femeninos para que las niñas consideren estas opciones y planeen su futuro profesional con el horizonte científico y tecnológico más presente.  La iniciativa genera un espacio donde ellas pueden conocer y conversar con profesionales destacadas, con grandes líderes del sector para que sirvan de inspiración y referentes femeninos en estas industrias. 

En Panamá, el evento se llevó a cabo en el Auditorio de la Universidad Interamericana de Panamá y contó con la presencia de jóvenes de distintos centros educativos. Las invitadas pudieron disfrutar de las ponencias de las mujeres destacadas en el sector, como es el caso de: Yael Danon, panameña destacada en arte, canto, actuación y baile.  María José Paíz, conocida como Majo con su vlog “Según Majo”, donde presenta mensajes positivos y crea consciencia acerca del Síndrome de Down.

Paola Aguilar Di Camillo, Fundadora de Open Closeth, quien con su emprendimiento ha logrado darle un giro a las compras de ropa y accesorios.

África Flores, cuyo proyectó ganó el AI for Earth Innovation Grant, de Microsoft y National Geographic.  Su proyecto propone desarrollar un prototipo de sistema de alerta temprana de proliferación de algas nocivas(HAB, por sus siglas en inglés) en el Lago Atitlán, un referente de la biodiversidad y cultura de Guatemala.

En el panel, las estudiantes pudieron escuchar las ponencias de 7 mujeres líderes en STEM: Raquel García Sitton, presidenta de Capatec; Gracia Rossi, GM Canales de Microsoft; Lydia Toppin, Decana en Informática de la Universidad Tecnológica de Panamá; Lilia Liu de Llaso; Markova Concepción, Directora de Desarrollo Social y Sostenible de Sumarse; y Jeanette Shakalli, Doctora en Matemáticas en representación de Senacyt; quienes comentaron  sus experiencias en la industria STEM e incentivaron a las estudiantes dejar el estereotipo que estas carreras son exclusivas de los hombres.

“En Microsoft creemos en la necesidad de despertar el interés de las niñas por carreras tecnológicas a temprana edad; por lo que como empresa invertimos en este tipo de iniciativas regionales para inspirar y demostrar el impacto de las mujeres en este ámbito” señaló Thania Segura, Gerente General de Microsoft para América Central

Microsoft en Centroamérica ha demostrado el valor de la mujer en el sector: cuenta con una elevada representación de mujeres en los cargos directivos como lo son Gracia Rossi en El Salvador, Milenne Martín en Panamá e Ineke Geesink en Costa Rica y Thania Segura como Gerente Regional, por nombrar algunas. Todas ellas han roto paradigmas y preconceptos, desmitificado el techo de cristal y se han destacado en sus roles en una industria donde las mujeres han estado tradicionalmente subrepresentadas.

Importancia de las mujeres en las carreras STEM:

En Panamá, según datos de un reciente foro de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), donde conversaron sobre la igualdad de género en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), menos del 40% de las mujeres están en ocupaciones relacionadas a la CTI, y menos del 35% de las mujeres poseen empleos en industrias de CTI.

En Panamá son no son muchas las mujeres en puestos de liderazgo en CTI: sólo hay un 28% de mujeres rectoras de universidades, y ninguno de los cinco principales centros de investigación del país está dirigido por una mujer.

El Diagnóstico sobre Mujeres y CTI en Panamá, estudio realizado en el 2018 que forma parte del proyecto internacional “The National Assessments on Gender and STI”, coordinado por la investigadora Eugenia Rodríguez Blanco, al cual Senacyt se sumó, indica que: en la dimensión de “economía del conocimiento” comprobaron como las mujeres han llegado a ser la mayoría (59%) de las personas con cargos profesionales y técnicos, con una clara tendencia de aumento en los últimos doce años. Por otro lado, ocupan alrededor de un 40% de los cargos de gerencia superior y media, y, aunque se observa una tendencia de mejora en la última década, se mantienen diferencias importantes por área y nivel.

La cantidad de hombres matriculados en estudios superiores en informática y la cantidad de hombres con capacidades informáticas de alto nivel duplica la cantidad de mujeres y entre los empleados en ingenierías, los hombres son más del doble.

 En algunos de los campos científicos, sobre todo en: ciencias físicas, matemáticas y estadística, así como informática, ingeniería y los campos de industria, producción, arquitectura y construcción se mantiene la división tradicional de género, siendo los hombres la mayoría de los graduados. Todo ello a pesar de que las mujeres se gradúan en la universidad más que los hombres, representando en torno al 65% del total.

La mayoría de los investigadores del país son hombres (más de un 60%), donde se observa, además, una tendencia jerárquica: la ventaja de los hombres es mayor en los cargos de investigador que en los cargos de personal de apoyo o personal de servicio científico y técnico.

El informe de 2018 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que la brecha global de ingresos entre hombres y mujeres se acerca al 20%. Este estudio analiza temas relacionados con la participación de las mujeres en el mundo laboral y encontró que ellas representan menos del 35% de los puestos gerenciales a nivel global.

Tal es así que, el Índice Global de la Brecha de Género presentado en el Foro Económico Mundial de 2018, indica que Panamá tiene una brecha de género del 72.2% situando al país en el puesto 45 del ranking de brecha de género.

A mediados del año pasado, el Gobierno de Panamá, creó el Consejo Nacional por la Paridad de Género, que busca impulsar la participación de mujeres no sólo por el hecho de su género, sino por sus méritos y su alto sentido de profesionalismo que muchas veces es opacado por la falta de visibilidad y espacios.  

Un estudio realizado por McKinsey, demostró que las compañías con un nivel de equidad de género por encima del promedio tienen un 15% más de probabilidades de tener un desempeño superior al de los mercados que las rezagadas en materia de diversidad de género.

Así mismo, los datos de diversidad laboral de Microsoft del 2018, denota que el porcentaje de mujeres es en puestos de tecnología dentro de la empresa, es de un 20% contrario a un 40% en los puestos no enfocados en este ámbito.

Es por estas ambas razones que Microsoft promueve programas como este para ayudar a corregir esta brecha de participación de mujeres y así lograr una mejor inserción de este género en el mundo laboral de cara a un mundo donde la tecnología se hace omnipresente y donde el mercado laboral estará marcado por la necesidad de profesionales en carreras STEM.

Su objetivo es brindar mayor exposición a referentes positivos y mentores con los que pueden relacionarse, apoyar actividades STEM extracurriculares que enseñen a las niñas cómo crear y desarrollar confianza, proporcionar experiencias prácticas y ejemplos del mundo real, enfatizar los aspectos creativos de STEM y demostrar el impacto que los trabajos de STEM tienen en el mundo son factores decisivos en las decisiones de carrera de las niñas y en su inclinación por opciones relacionadas con la ciencia y la tecnología.