Obesidad y su implicación en el cáncer

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Durante el mes de octubre, muchas empresas y organizaciones suman esfuerzos para apoyar la campaña de la cinta rosada y celeste sobre la prevención de cáncer de seno y próstata en el país. Este año, Medtronic —empresa líder mundial en tecnología médica, servicios y soluciones— busca educar sobre la relación entre la obesidad y el cáncer, haciendo énfasis en la importancia de llevar una alimentación balanceada y una vida activa para ayudar a prevenir el sobrepeso.

De acuerdo al Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos los casos mundiales en diagnósticos aumentarán hasta en un 50% (de 14-21 millones de personas) entre el año 2012 al 2021. En Panamá, las cifras del Instituto Oncológico Nacional (ION), indican que hasta agosto de 2017, el carcinoma de mama sigue siendo el más frecuente en la mujer y representa el 20% de los casos atendidos, seguido por el de cuello uterino con el (10%), y en la tercera posición cáncer de colon con (8%) seguido por cáncer de estómago con (7%) estos últimos muy relacionados a la ingesta de alimentos.

La obesidad, además de conducir a problemas cardíacos, de hipertensión o diabetes; también es responsable de causar un desgaste acelerado de articulaciones, problemas renales,  y afectar procesos metabólicos en el cuerpo, lo que puede facilitar la aparición y desarrollo de varios tipos de cáncer como el de colon, hígado, próstata y mamas.

Estadísticamente, se ha encontrado que la obesidad tiene una relación directa con la aparición de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. Esto se debe a que los procesos hormonales durante esta fase de la vida incluyen una mayor presencia de estrógeno en los tejidos periféricos. La obesidad también genera una mayor producción de esta hormona, y ese exceso de estrógeno circulante incrementa el riesgo de desarrollo de cáncer en los tejidos mamarios.

De acuerdo con el Dr. Alberto Navarro, “la obesidad tiene múltiples efectos en nuestro organismo, el exceso de masa corporal hace que el cuerpo sea susceptible de padecer problemas metabólicos, hormonales, enzimáticos y químicos que a su vez generan otras reacciones en el organismo”. Así mismo indica que al tener mayor cantidad de estrógeno circulante en el tejido mamario como consecuencia de la obesidad, existe mayor probabilidad de que se desarrollen células cancerígenas.

Existen algunas señales que nos pueden alertar sobre la presencia de cáncer como tener ronquera permanente, la pérdida de peso, la dificultad para orinar, los cambios en la piel, llagas que no sanan y tos persistente. Para el Dr. Navarro, “nosotros somos quienes debemos conocer nuestro cuerpo y es nuestra responsabilidad acudir al médico cuando presentamos síntomas persistentes para descartar cualquier enfermedad y recibir el tratamiento adecuado”. De igual forma, tanto hombres como mujeres deben hacerse anualmente sus controles de cáncer a partir de los 40 años.

Para la prevención del cáncer de mamas, es importante que las mujeres se realicen su autoexamen mensualmente y eco mamario cada año a partir de los 40. Sin embargo, cuando hay un historial familiar de cáncer, es necesario iniciar los controles mucho antes de la edad indicada por la predisposición genética. Por ejemplo, a las hijas de pacientes de cáncer de mamas se les recomienda iniciar los controles a los 30 años.

El Dr. Navarro explica que “la mejor terapia en casos de obesidad y cáncer es la prevención, por lo que debemos cuidar nuestro peso, revisar el consumo de vitaminas naturales, la preparación de rutinas de ejercicios, la disminución del consumo de grasas animales e incluir en nuestra dieta fuentes proteicas, frutas y fibras dietéticas”. Finalmente, es importante que los pacientes de cáncer reciban asesoría nutricional para tener una alimentación balanceada y disminuir su ingesta calórica, ya que la obesidad puede disminuir la efectividad del tratamiento.