Ante un lleno completo, el bailarín panameño Diego Calderón Armién se presentó el pasado 3 de marzo en el Teatro Académico Ópera y Ballet de Samara, Rusia en la obra “Las Tres Máscaras del Rey”.
Calderón Armién desempeñó el papel principal de la obra, interpretando al Rey Julio quien, agobiado por los problemas y deberes para con su reino, cae en una crisis existencial que lo lleva a buscar respuesta a sus preguntas internas, al tiempo que huye de su inevitable oscuro destino.
Este es el primer ballet de danza moderna que se presenta en el Teatro de Samara bajo la coreografía de Yuriy Smekalov, solista del teatro Mariinski en San Petersburgo y con música de Mikhail Krylov. Según el libreto del Ballet ‘Las Tres Mascaras del Rey’, Vyacheslav Zarenkov (autor) y Smekalov buscan plasmar las distintas representaciones o comportamientos de las personas cuando se presentan cada día ante la sociedad. Según el entorno y de acuerdo a sus vivencias, creencias e influencias, las personas eligen una ‘máscara’ ya sea de niño, padre, madre; de persona amable, malvada, ridícula, seria, bella, patética, inteligente, ignorante, independiente o esclavizada. Ocultar nuestra verdadera cara, pensamientos y sentimientos se vuelve ‘normal’ para nosotros. No toleramos ni aceptamos mentiras a pesar de que mentimos y engañamos a otros y a nosotros mismos. ¿Qué es ser sincero y abiertamente bueno?¿Acaso no es también ésta otro tipo de máscara?
De acuerdo a Calderón Armién, este papel ha sido “una experiencia completamente nueva. Es el primer papel que realizo como artista principal de manera profesional. He bailado en papeles de demi-solistas y solistas pero ahora experimento lo importante que es ejecutar un papel principal con toda la responsabilidad que eso conlleva. Me ha parecido muy interesante y a la vez divertido construir, junto a Yuriy Smekalov, un papel a partir de cero. Esto me ha permitido experimentar cómo se conjugan la música, la coreografía, la actuación, la historia, las exigencias de ejecución coreográficas y mi propia visión como ejecutor para darle forma a «Julio.» Ha sido maravilloso y emocionante, especialmente como extranjero, haber participado de la primera producción de ballet contemporáneo en Samara y ser parte de la puesta en escena de este impactante espectáculo para presentarlo a un público tan exigente como es el público ruso”.
De acuerdo al coreógrafo Smekalov, «Diego, es un chico con mucho potencial, con bastante plasticidad en sus movimientos y muchas emociones a flor de piel. A él le exijo mayor calidad en la ejecución de su baile debido a su facilidad de movimiento corporal. Estoy muy contento con su trabajo y como siempre seguiremos trabajando juntos para alcanzar grandes resultados».
Calderón añade que “físicamente es una obra muy demandante. Para los estándares coreográficos, la obra requiere mucho entrenamiento técnico y dramático. Exige mucha agilidad mental y completa concentración en el papel individual, en los dúos, danzas junto al cuerpo de baile e integración con la utilería en el escenario. Además la obra incluye escenografía móvil, efectos luminosos, coordinación entre la orquestra sinfónica y efectos de sonido en vivo, drama y dinamismo».