¿Quieres hijos más sanos? Que tu propósito sea comer más con ellos

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El ritmo al que vivimos actualmente puede dificultar que la familia se reúna a comer, ya no digamos a diario, sino cuando menos algunas veces por semana. Sin embargo, recientes estudios indican que comer en familia puede ser la mejor receta para promover hábitos de alimentación saludables, prevenir el sobrepeso en nuestros hijos e incluso favorecer su desempeño académico.

De acuerdo con investigadores de la Universidad de Illinois, los niños y adolescentes que comparten la comida con su familia tres o más veces por semana, son 24% menos susceptibles a desarrollar problemas de tipo nutricional, comen mejor y padecen menos sobrepeso.

“Está comprobado que las comidas familiares, aunque sean breves, constituyen la ocasión ideal para fomentar conductas saludables”, señala la doctora Barbara H. Fiese, una de las autoras del estudio. Profesora de desarrollo humano y estudios familiares por más de 20 años, Fiese subraya que la frecuencia con que se come en familia está directamente relacionada con la buena nutrición de los niños y jóvenes. “Tres comidas familiares o más a la semana reduce el riesgo de que desarrollen trastornos alimenticios u obesidad, e incrementa la posibilidad de que mantengan un peso normal”, explica.

Para su investigación, el equipo de expertos analizó los patrones alimenticios de un total de 182,863 niños y adolescentes entre 2 y 17 años, así como su peso, calidad de la dieta y patrones alimenticios. Su objetivo era determinar hasta qué punto la convivencia familiar durante las comidas afectaba estos factores.

Al concluir su análisis, los expertos descubrieron que comer en familia tres o más veces por semana disminuía el riesgo de desarrollar sobrepeso en un 12%, de consumir productos no balanceados en un 20%, y de padecer trastornos alimenticios en un 35%. Por otra parte, quienes sí comían en familia habitualmente, tenían una dieta mucho más equilibrada y consumían más frutas y verduras que quienes no lo hacían.

Pero las comidas familiares no sólo son una oportunidad para inculcar buenos hábitos alimenticios. También constituyen un buen momento para estrechar lazos, favorecer la comunicación e incluso ayudar a que los hijos saquen mejores calificaciones.

La doctora Ann Dolin, presidenta de Educational Connections y autora del libro Homework Made Simple, advierte que los estudiantes que comen con sus familias reportan notas más altas y suelen tener menos estrés, mejores relaciones sociales, más autoestima y una menor tendencia a beber, fumar o usar drogas.

Aunque muchos de nosotros disfrutemos de las comidas familiares porque nos permiten convivir con nuestros seres queridos, lo cierto es que los beneficios de esta sana costumbre van más allá de pasar un buen rato. Gracias a estos momentos, nuestros hijos pueden alimentarse mejor, conservar un peso adecuado, evitar trastornos alimenticios, sacar mejores calificaciones, tener menos estrés y correr menor riesgo a utilizar sustancias tóxicas. Por todas estas razones, y a pesar del constante ir y venir que caracteriza nuestras vidas, bien vale la pena darse el tiempo para, al menos tres veces a la semana, comer tranquilamente en familia.