Tomografía computarizada de las mandíbulas de pez erizo revela 3 nuevas especies

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Buzo sostiene un pez erizo en el Laboratorio Marino del Smithsonian en Punta Galeta, Panamá.

Cuando un pez erizo se asusta, aspira aire o agua para inflar su cuerpo, convirtiéndose en un globo espinoso para defenderse de los depredadores, sin mencionar que algunos contienen en sus ovarios e hígados una neuro-toxina mil veces más potente que el cianuro. También son buenos en la ofensiva, triturando las conchas de almejas y otros moluscos marinos con mandíbulas en forma de pico, tan duro que se conservaron como fósiles que fueron descubriertas millones de años más tarde.

Investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales compararon las mandíbulas de pez erizo y las placas dentales colectadas en expediciones en Panamá, Colombia, Venezuela y Brasil, con especímenes de museo y peces erizo modernos. En el proceso, descubrieron tres nuevas especies, ahora extintas.

Dos de las nuevas especies, llamada Chilomycterus tyleri, en honor a James C. Tyler, científico emérito en el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian -un experto en este grupo de peces- y Chilomycterus expectatus, llamado así por la alineación de sus placas dentales, fueron descubiertas en la Formación Gatún de Panamá.

La tercera especie nueva, Diodon serratus, llamada así por el borde dentado de su sección dental trituradora, proviene de la Formación Socorro en Venezuela.

Cuando Darwin viajó a los trópicos en el Viaje del Beagle, notó que este pez nadaba al revés cuando se hinchaba. Incluso mencionó un reporte de un compañero naturalista, que los peces erizo podrían roer su salida del estómago de un tiburón.

En el presente, 18 especies de peces erizo se encuentran en mares tropicales en todo el mundo. Las especies del género Diodon son comunes en las aguas tropicales poco profundas del Atlántico y del Pacífico. En contraste, sólo una especie del género Chilomycterus se encuentra en el Pacífico oriental, el resto está en el Atlántico.

Cuando el Istmo de Panamá surgió del mar para unir a América del Norte con América del Sur y dividir el Atlántico del Pacífico, los océanos de cada lado de este puente intercontinental cambiaron para siempre. El Pacífico Oriental se hizo más fresco y rico en nutrientes y el Caribe, más cálido y más pobre en nutrientes, caracterizado por más arrecifes de coral y pastos marinos.

Crédito de imagen: Smithsonian