Por segunda vez, Cleveland Clinic ha llevado a feliz término un embarazo en un útero trasplantado de una donante fallecida. El trasplante y el nacimiento son parte de un ensayo clínico en curso sobre el trasplante uterino para el tratamiento de la infertilidad por factor uterino absoluto (AUFI), lo que significa la ausencia de un útero o la presencia de uno no funcional. Hasta hace poco, la afección se consideraba intratable, siendo la adopción o la subrogación las únicas opciones para la paternidad.
Con esta técnica, Cleveland Clinic ofrece esperanza a las mujeres de todo el mundo que no pueden tener un bebé debido a la infertilidad por factor uterino. Se estima que 1 de cada 500 mujeres en edad fértil en todo el mundo se ve afectada por esta condición irreversible.
El cirujano de trasplantes de Cleveland Clinic, Cristiano Quintini, MD, principal investigador de este ensayo clínico explica que fue fundamental contar con un equipo multidisciplinario compuesto por especialistas en cirugía de trasplante, obstetricia y ginecología, fertilidad, neonatología, bioética, psiquiatría, enfermería, anestesiología, enfermedades infecciosas, radiología intervencionista, farmacia, defensa del paciente y trabajo social, para dar la bienvenida a este segundo bebé que llegó a través de una cesárea.
A fines de 2019, Michelle, la madre, de 31 años, quedó embarazada a través de la fertilización in vitro, luego de que a principios de ese mismo años recibiera un trasplante de útero, de una donante fallecida.
En 2015, el cirujano de trasplantes de Cleveland Clinic, Andreas Tzakis, MD, PhD, encabezó la presentación del trasplante de útero, que fue el primero en el continente americano y uno de los primeros en el mundo.
Desde que Cleveland Clinic comenzó el ensayo clínico, el equipo ha completado ocho trasplantes de útero; seis trasplantes tuvieron éxito y dos resultaron en histerectomías poco después del trasplante. El objetivo es inscribir a diez mujeres entre las edades de 21 y 39 años.
A diferencia de esfuerzos de investigación similares en los Estados Unidos, el protocolo de Cleveland Clinic exige que el útero trasplantado provenga de una donante fallecida para eliminar el riesgo para una donante viva y sana.