Las causas de cierre son numerosas, pero hay una situación clave que trasciende a la competencia u otros factores externos: la institucionalización, ese momento en que se debe transformar su nivel de gestión, reasignar obligaciones y entregar las decisiones a una evaluación gerencial en búsqueda de tomar acciones claves.
“Emprender es siempre plausible. El tema es superar, desde el inicio, la operación del día a día, pensar en el crecimiento, y por ende la planeación. ¿Cómo se logra? Incorporando en el momento indicado aliados y/o tecnologías que permitan fluir de manera orgánica, pero estructurada, para concentrarnos en identificar cómo innovar y dar más valores agregados a los productos y/o servicios que damos”, señala Ricardo Boy, Director Business Development de Intelisis.
“Es común saber a dónde quieres llegar, pero pocas veces se observa el camino hacia delante. Si desde el inicio tienes métodos y tus áreas funcionan, tu evolución es segura y alcanzas objetivos contundentes, eso es el valor de la institucionalización”, refiere Boy.
Ante este reto, los expertos refieren tres elementos claves:
DEFINIR OBJETIVOS
Inicialmente la misión y visión son aspectos claves para las Pymes que enuncia los alcances que tendrá la empresa en un futuro. Pero es de gran importancia considerar que a medida que pasa el tiempo, estos se tendrán que afinar cada vez más, enfocados a la especialización de la compañía. Incluso cada acción implementada debería tener presente esta filosofía.
TRANSPARENCIA EN LOS PROCESOS
A medida que la empresa crece, los procesos e información se van multiplicando. En esta transición es vital que los equipos de trabajo entiendan de manera tangible e inmediata el valor de estandarizar; esta es la forma en que se pueden identificar cadenas sueltas, como son:
- Heredar malos hábitos que a la larga serán costosos.
- Distorsión de datos por un tema de interpretación y desalineados manuales de operación.
- Reinvención de un entendimiento que, sin análisis, bloquea el logro de objetivos.
“La automatización en temas internos libera de cargas innecesarias y permite que la institucionalización sea una realidad para las Pymes”, subraya Boy. “Al liberar tareas se favorecen los esfuerzos orientados al crecimiento empresarial, permite capitalizar objetivos y llevar a cabo la visión y misión de la compañía”, enfatiza.
EVALUACIÓN
El talón de Aquiles de las Pymes está presente cuando toman decisiones importantes, sea por exceso de información o por falta de orden en la misma. Al tener herramientas y procesos, la evaluación de los datos permite visualizar y planificar una realidad deseada. Además, ayuda a mantener la objetividad cuando los datos dependen de varios equipos de trabajo; evaluar da sintonía y dirección.
La tecnología nos da la capacidad de ejemplificar y hacer más sencilla la institucionalización de una empresa. Estar siempre a la vanguardia sobre cómo esta nos puede facilitar la sistematización.
La evolución ordenada y el camino a la institucionalización se caracterizan por tener claridad y accesibilidad a contenido que se pueda analizar para visualizar proyecciones al momento, sin importar contingencias externas, personal interno o variación de tiempos.
“Mantener firme la filosofía institucional, alinear los procesos de negocios y ejercer la misión y visión, son los puntos claves que se deben seguir para impulsar el crecimiento”, finaliza Ricardo Boy.